Uno de los términos que más se repiten en el momento de describir el hipertexto es el de no-linealidad. En esta caracterización coinciden también tanto los defensores del hipertexto como los detractores. Desde la definición lacónica de que “el hipertexto es simplemente una forma no-lineal de presentar información” (Amaral), a otras más precisas, se enfatiza una y otra vez este sentido del término: “El rasgo fundamental del hipertexto es su discontinuidad, el desplazamiento repentino de la posición del lector en el texto”
La afirmación de Nielsen corresponde al discurso de la posmodernidad. Descubre en el hipertexto el potencial de múltiples posibles secuencias en el acto de leer y por ello afirma su carácter no-secuencial.
La afirmación de Landow se aproxima más al discurso antrópico. Toda lectura es una experiencia individual y secuencial en la intimidad del lector. Pero habría que reflexionar sobre los conceptos de “principio” - “fin” y concluir que todo texto, o hipertexto, posee un principio y un fin. Que entrañan características diversas según se juzguen desde el autor o desde el lector. En el discurso antrópico, en el mundo del hipertexto, los conceptos de principio y de fin no coinciden con aquéllos a que estamos acostumbrados en el texto impreso y que generalmente corresponde a la primera y última página.
El autor de hipertextos necesita combinar su estructura de lo que quiere comunicar, con las posibles necesidades, asociaciones, intereses, de los múltiples lectores. Si el lector dispone ahora de cierta libertad de trayectoria a través de los enlaces existentes en el texto, el autor debe considerar en todo momento que cada lexia pueda ser potencialmente la primera o la última en la trayectoria de un posible lector
Desde la perspectiva del texto, tenemos que tener en cuenta que el texto impreso y el digital suponen dos medios diferentes. En el primero, la dimensión física y en cierto modo atemporal, puede tener validez pero en el hipertexto, el principio y el posible fin, vendrán estructurados a través de los enlaces.
En el texto impreso el lector está subordinado al texto. Los párrafos, las páginas, se suceden de forma predeterminada. El lector se sitúa en actitud pasiva, se encuentra atrapado en las dimensiones físicas del libro. Su única opción es aceptarlo o rechazarlo. Cualquier intento “activo” de contextualizar lo que lee, le lleva fuera de los límites de la unidad física de lo impreso. El hipertexto se construye desde una perspectiva abierta que permiten los múltiples enlaces a lexias con distintos procesos de intertextualidad
El concepto de “alfabetización” en el mundo del texto digital ha cambiado; no basta ya con reconocer las letras; el hipertexto exige también un lector activo
Silvio Gaggi señala : “un libro posee un eje de desarrollo claro, con un principio un medio y un final”: en esto reside la amenaza del hipertexto (el temor a que pueda debilitar dicho control.) “La facilidad con que se pueden seguir los enlaces alejándonos del texto a otros textos y la facilidad de seguir rutas alternativas dentro del texto, no sólo debilitan el privilegio del texto original, sino también el sentido de que exista un sólo eje dominante que dirija al lector desde el principio por el medio hasta el final” Esta posición todavía se sigue dando aún hoy.
Blog Gladys Hernández
Hace 7 años
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